El contacto físico proporciona seguridad y tranquilidad al bebé. Si el Porteo se realiza en posición ergonómica, ofrece además múltiples beneficios para el desarrollo físico del bebé.
Hoy en nuestro artículo de Orthopediátrica, nuestra compañera fisioterapeuta pediátrica Ana León, nos habla sobre cómo realizar un porteo de forma correcta, ergonómica, que respete los tiempos del niño, su desarrollo psicomotor y que además facilita enormemente la vida de los padres.
Empecemos por el principio, portear, igual que caminar, conlleva numerosos beneficios tanto para el porteador como para el bebé, pero portear con un portabebés no recomendable, sigue siendo beneficioso, pero no hay quien lo soporte.
El portabebés debe adaptarse a la posición natural del bebé recién nacido. Cuanto más ajustable y mejor se adapte a la posición de nuestro bebé, más ergonomía. Los portabebés que más se adaptan son los de tela, donde podemos hacer un ajuste punto por punto, por lo que son la mejor opción para el porteo con bebés recién nacidos.
¿Qué es necesario para que un portabebés sea ergonómico?
- Se ajusta punto por punto al cuerpo del niño
Esto significa que la tela con la que está confeccionado el portabebés no debe ser preformada, ni rígida, ha de adaptarse al cuerpo del niño como una segunda piel, porque no se trata de que el niño se coloque en la postura que el portabebés diga, se trata de que el portabebés pueda colocarse en la postura en la que está el niño.
- Se adapta a cada etapa de desarrollo anatómico, fisiológico, biomecánico y psicomotor del niño
Haremos primero un recuerdo anatómico. La columna de un adulto vista de lado, tiene varias curvas fisiológicas, que hacen que parezca una S alargada. La curvatura de la zona cervical se llama lordosis y es una concavidad, en la zona dorsal lo que tenemos es una cifosis, es decir, una convexidad, en la zona lumbar volvemos a tener lordosis y el sacro, que es una fusión de varias vértebras también forma una cifosis.
Cuando los niños nacen, sin embargo, su columna es una cifosis global, esto significa que forma una gran C desde el cuello hasta el culete, después, con el paso de las semanas y los meses, el niño consigue levantar la cabeza estando boca abajo y se forma la lordosis cervical, más tarde, cuando comienzan a gatear y consiguen ponerse de pie agarrados a algo, se forma la lordosis lumbar y todas estas curvas no se estructuraran hasta pasados varios años.
Por otro lado, está el desarrollo de las caderas, que es otro tema muy importante. Seguro que sabéis que la cabeza del Fémur se articula con la pelvis para formar la articulación coxofemoral, lo que quizás no sabéis con detalle es cómo se forma esa articulación. En la pelvis hay una concavidad conocida como acetábulo, que es donde se aloja la cabeza del fémur para permitirnos cargar el peso del cuerpo, tener estabilidad durante la marcha o dar patadas a un balón.
Arrullar a los niños con fuerza, con las piernas estiradas, y mantenerlos en esa posición durante tiempos prolongados, se relaciona con un mal desarrollo de las caderas y aumenta las probabilidades de sufrir displasia
Pues bien, teniendo en cuenta esto, es lógico pensar que un portabebés ergonómico lo es precisamente, por permitir que el niño mantenga la columna en cifosis global y las caderas en postura de ranita. Además de cómodo para ambos, es más respetuoso y seguro con el desarrollo global de los niños.
Cuando hablamos de posturas antiergonómicas nos referimos fundamentalmente a ir orientado mirando hacia el mundo. Esta postura de por sí ya deja de ser ergonómica por el simple hecho de que si el niño va cara al mundo, no puede mantener la columna en la cifosis global que hablábamos antes, además, las caderas no irán tampoco en posición ranita y para colmo de males, si el niño se siente cansado, asustado o nervioso (hiperestimulado) no tiene forma de protegerse. Mal por partida doble.
Por otro lado, están las posturas que se relacionan con riesgo de asfixia, que además de ser incómodas, antiergonómicas y nada recomendables, son directamente peligrosas. Portear a un bebé en posición de cuna no es buena idea pues corremos el riesgo de que el niño haga un doble mentón, cerrando la vía aérea y por tanto, impidiendo el paso del aire hasta los pulmones.
Estas posturas se permiten únicamente cuando queremos amamantar sin sacar al niño del portabebés, pero no se recomienda jamás como postura para desplazarnos de un sitio a otro.
La posición de ranita en vertical es además una postura fenomenal para evitar el reflujo, luchar contra los gases o ayudar a los bebés a que las sustancias de desecho salgan por el final del tubo digestivo, ayudadas de la gravedad y el movimiento.
Y muchos de vosotros pensaréis que los niños no quieren ir orientados hacia el porteador, que a los niños les encanta ir mirando el mundo… en tal caso tenemos una estupenda solución, ponerlos a la cadera. Seguirá siendo una posición ergonómica, le permitirá mirar el mundo por delante y por detrás del porteador y en el caso de estar cansado o nervioso, puede apoyarse o protegerse con el cuerpo del porteador.
- El peso del niño está bien repartido en el portabebés. El niño va “sentado” y “contenido” por toda la tela que tiene alrededor
Es muy importante que el niño vaya sentado y no COLGADO. Existen portabebés en el mercado en los que más que sentados, los niños van colgados sobre sus genitales, zona que por supuesto, no está diseñada para cargar peso, pues como ya habrán podido comprobar en muchas ocasiones, es una zona especialmente sensible. Debemos procurar que el niño vaya más bien sentado sobre la tela, con la espalda bien apoyada y con suficiente soporte como para dejarse llevar relajado.
- El portabebés hace un buen reparto de las cargas sobre el o la porteadora.
Esto es obvio, cuanto mejor se reparta el peso sobre el cuerpo del porteador, más cómodo resultará para este último y por tanto, más tiempo podrá usarlo.
- Está confeccionado en tejidos certificados, que han pasado estrictos controles de calidad, indicando los componentes, los tintes y el peso máximo del usuario.
Los portabebés están fabricados con tejidos específicos, con una elasticidad determinada, en una dirección determinada, han pasado prueba de resistencia, se tiñen con tintes no tóxicos, etc. No es recomendable confiar en portabebés que no hayan sido confeccionados con telas específicas para el porteo de los niños. Si tienes dudas, pregunta la marca de la tela con la que se ha fabricado el portabebés.
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